Es mirarte a los ojos, escuchar el silencio y que eso sea suficiente.
Siento como nunca antes había sentido y te extraño por anticipado cuando estás al lado mío.
Es el miedo constante, el nudo en la garganta, el mundo en mi ventana.
A que de repente no me mires como lo solés hacer.
Ahora, todo es más fácil.
Ya no cuesta tanto la sonrisa en cualquier momento del día.
Ya el llanto no es pecado sino una bendición.
En tus besos. El universo.
Y hoy, más que nunca, puedo decir que las palabras son corazas vacías repletas de sentimientos.
= aunque sea para incordiar =
24 ago 2010
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