= aunque sea para incordiar =

4 may 2008

Oídos sordos a palabras necias

Admiro todas y cada una de las notas musicales.
Bendita sea la infinitud por compactarse en universo.
Calumnias son las que prefieren los de adentro.
Deleitémosnos con los labios de los hombres y las caderas ajenas.
El catéter del dolor se inserta en la aurícula derecha del cuore.
Fuimos, en algún tiempo, cercanos.
Gotas tempranas y tardías siempre van a desembocar en mi ser.
Historias de sal, de cal, de mal, ruedan en mi mente cada amanecer.
Jaulas de normas nos limitan a la hora de amar.
Kilómetros de sueños se nos enredan al hablar.
Lás lágrimas son sangre y de repente, todo vuelve a ser mentira.
Mueren poetas, noche a noche, en la actualidad.
Nadie nos quema las manos por otro.


- la Ñ me la reservo para mí,

porque tiene electricidad reposando sobre ella -

Oponerse a trifulcas necesariamente conlleva arañazos.
Puertas cerradas, ventanas abiertas, que el aire y la lluvia entren nomás.
Respuestas no busco, pero insisto en cuestionar.
Son pocas las personas que inspiran humanidad.
Temor de equivocarme a que algunas frases se infiltren en mis muñecas.
Una y otra vez comprendo la misma lección, pero no la llevo a cabo.
Vaivenes del presente al pasado y visceversa me maltratan mi futuro.
Wannabes sobran.
Xilofones brillan en los rayos del sol cuando no hay desprecio.
Ya prefiero existir que creer.
Zapatos sucios y haraposos, pero que rebalsan de orgullos.


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