= aunque sea para incordiar =

31 ene 2009

Me perfora los sentidos cada roce, cada tacto, cada deseo interrumpido.
Es que siento demasiado. Demasiado poco.

Me pierdo entre humos y demases, al compás de alguna música que no me produce nada para ver si, de esa forma, me deshago de esta suerte de emoción en potencia. Acorralada dentro de un proceso mental, no hablo. Me abstraigo hacia un rincón para observar la situación desde afuera. Sin embargo, estoy bien consciente de que nunca pude enjuiciar objetivamente. La subjetividad, la mía solamente, posee todos los centímetros del existir. Si yo pudiera decir, en un esfuerzo ilimitado, que no me importa, que es sólo un tiempo, que ya pasará, no lo haría. Estás muy lejos y no me alcanza. Estás, realmente, a unos pasos, pero del otro lado de la calle, del otro lado del living, del otro lado de la habitación. Como ves, siempre del otro lado. A los suspiros que se me escapan de las manos les encantaría llegar a tu cintura. Hacerle cosquillas y que te rías. Que inclines la cabeza hacia un costado y, simultáneamente, arrimes el hombro para impedirlas. Que cierres los ojos o que al menos los entornes y en el fondo lo disfrutes. Después, volverás a sonreír, pero hacia adentro, y esa es la parte más linda. Alcanzar el alma. Abrirás los ojos, desconcertado y te ablandarás. Abrirás los brazos, de acuerdo y me abrazarás. Los dos sabemos que no nos gusta dormir solos. Estaré delante tuyo, contemplando las palabras pasar por tu cara y deseando hacerlas callar. No digamos nada, no pensemos nada. Acercarás tu mano derecha a mi mejilla y esa será la primera caricia que nunca se olvida. En ese precioso momento, un escalofrío desconocido recorrerá mi espalda. Respiraré hondo. Tus ojos no se podrán despegar de los míos y habrá paz alrededor.

Lástima que estés tan lejos. Del otro lado de la calle, del otro lado del living, del otro lado de la habitación.

1 comentario:

Mar dijo...

Sí, problemas con el insomnio ya los considero inevitables.


le sumo esto que decis


esa condición de estar siempre "del otro lado".


Igual te digo
somos esto que somos
ni más ni menos
con insomnio o sin insomnio
a veces no hay que darle tanta vuelta
mirarse al espejo y aceptarse y/o reírse a carcajadas
tenemos una maldita costumbre de no saber vivir
(no sé porque)
y andamos siempre dando demasiadas vueltas los humanos.